Mindo

Es un pueblito pequeño, acogedor, arropado por todas las montañas que lo rodean. Tradicionalmente fue una zona de agricultura y ganadería hasta hace 30 años que se tomó la decisión de acabar estas actividades y dejar la zona intocada y protegida y además aprovechar su alto índice de pluviometría y humedad, que ayudó a convertirlo en un bosque nuboso que es hoy un paraíso para los 426 especies de aves y 10.000 individuos en 25 km cuadrados  y donde la mayoría de sus 3.500 habitantes trabajan en ecoturismo y de alguna manera todos están involucrados en proteger las fuentes de trabajo, educar y apoyar la conservación. 

Nosotros nunca habíamos realizado la actividad de avistamiento de aves ni teníamos ningún conocimiento sobre ella, pero si tenemos la sensibilidad con respecto a la naturaleza, así que aprovechamos esta oportunidad para acercarnos a entender este mundo desconocido; contratamos una guía experta y temprano en la mañana cual turista inglés, hay 3 millones de observadores de aves en Reino Unido, o americano hay 46 millones en USA, decidimos madrugar, no a las 5 de la mañana como acostumbran los avistadores, pero si temprano ya es el momento más adecuado para poder observar las aves en su entorno natural, porque hay mucho más movimiento causado por el hambre que las que las hace revolotear para buscar alimento. 

Nos dimos cuenta rápidamente que para esta actividad se requiere una buena dosis de silencio, paciencia, y suerte, además de un equipo básico: telescopio especial con trípode, binóculos y cámara de fotografía; los verdaderos aficionados además llevan una libreta para anotar todo, unas guías de campo, registros sonoros para comparar e identificar las especies y grabadoras y micrófonos direccionales.

Es realmente un arte que empezó en 1901 y que ha pasado por diferentes etapas hasta llegar a convertirse hoy en una industria turística que genera millones. Durante la época victoriana, se practicada con el interés de recoger huevos y pieles de especies exóticas; luego como una actividad recreativa y como una forma de conservación de numerosas especies, en 1965 se formó la primera empresa de turismo de aves en Gran Bretaña, convirtiéndose años más tarde en una transnacional de Observación, que llevó a crear el Manual de las Aves del Mundo y los Big Day y Global Big Day que son competiciones de observación de un día, donde los equipos suelen tener veinticuatro horas para recorrer un área geográfica, con el propósito de observar el mayor número de especies posible. Es tal la afición, que los más fanáticos llegan incluso a utilizar aviones privados y helicópteros para facilitar su tarea y batir los récords.

A lo largo de nuestra caminata nos sentimos agarrados por una serenidad y paz que produce no solo buscar y ver las aves sino que este mundo incluye también las plantas, el ecosistema, los insectos, otros animales, es todo un conjunto. Las estrellas de este bosque de 19.000 hectáreas protegidas son los tucanes, los gallinazos, los colibríes que los hay por todos lados, en Ecuador hay 132 especies que viven desde los 4.000 metros de altura hasta el nivel del mar, hay jardines con bebederos para atraerlos y emociona ver que con algo de color rojo se acercan a la gente ya que no tienen miedo; las Tangaras que tienen una familia numerosa y colorida son comedoras y esparcidoras de semillas y como necesitan proteína para vivir comen larvas e insectos diminutos; las Loras y periquitos pequeños, tradicionalmente tenidos como mascotas, que se ven muchísimo en las ciudades, porque si no hay depredadores que se los coman se reproducen en grandes cantidades porque no hay un control natural, las Oropéndolas o arrendajos, que hacen sus nidos colgantes, el Gavilán pollero que también les dicen Gavilán camionero porque se ponen cerca de las carreteras, son buenos cazadores de ratas, además, hay un buen número de ranas y serpientes que son indicadores de la salud del ecosistema.

Nos pareció interesante que uno puede adentrarse y adaptar esta afición a su manera: desde crear listas que muestran la cantidad de aves en un área, anotar todas las especies que ha visto en su vida o simplemente disfrutar los paseos en un entorno natural, hasta la fascinación total que conlleva la parte científica del estudio de las aves: la ornitología.

Concluimos que la  observación de aves puede ser una de las actividades más tranquilas y relajantes que uno puede realizar al aire libre, que seguramente produce a los expertos avistadores la satisfacción  de la fotografía natural, que permite experimentar la misma sensación que un cazador en busca de su presa, con la diferencia que esta “captura” se da en una fracción de segundo en la vida de un animal. Afortunadamente desde hace años, los gritos de la conservación han ayudado a combatir el comercio de aves. 

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