Es un pueblito mágico. Tanto, que cuando llegamos encontramos un parqueo que estaba esperándonos junto al museo arqueológico, de donde como por arte de magia salió una muchacha iraní con una enorme sonrisa hablando en español.
A los dos minutos estaba también con nosotros su jefe, un iraní director del museo, quien nos propone ir a un templo de 7000 años de antigüedad.
Recorremos media hora de colinas y trillos y aparece una casa medio en ruinas pero con candado en su puerta.
Al entrar, frescos y adornos en yeso en la pared principal y en el cuarto pequeño tipo cueva a la izquierda, el sitio sagrado de la religión Mithra, posteriormente del Zoroastrismo y su divinidad Ahura Mazda. Para completar aquel viaje en el tiempo, nuestro guía nos dedica tres melodías con su flauta iraní, llamada Ney, que dentro de aquel lugar bendecido y silencioso nos supieron a gloria.
La vista hermosa del pueblo de adobe al atardecer de regreso, sus 350 habitantes, las viejitas con su colorido atuendo y sus velos de flores felices de ser fotografiadas, las callecitas angostas con los canales de agua laterales, la puerta de la mezquita, las carretas recorriendo el pueblo con sus frutas y verduras hace que nos transportáramos 1500 años de historia.
Que belleza de sitio, la fotografía impresionante! Gracias car y Clary por compartirnos tan linda experiencia, a parte de darnos una mirada de una cultura tan diferente a la nuestra y tan lejana. Los seguiré llena de expectativas de nuevas fotos y descripciones! Besos