El primer cambio que vemos al cruzar la frontera es la limpieza en los pueblos, con mínima basura, con construcciones sin ningún lujo, en cemento y algunas en madera, pero lo más importante y que de verdad nos impactó fue la educación ciudadana de la gente; uno de los indicadores, que siempre hemos comentado, de una evolución del ciudadano, es cuando vas a cruzar una calle marcada con paso para el peatón pero sin semáforo y que el conductor pare y permita tu paso, no que te tire el carro encima, que si no te quitas te pueden matar, como nos ha sucedido en Colombia, Ecuador y Perú. Es siempre maravilloso este encuentro con la educación, en Chile, vimos este respeto al ser humano por encima de la máquina.
Horas y horas de interminable y profundo desierto, desierto y más desierto, atravesado por una carretera infinita, en donde algunos tramos la arena se convierte en arcilla apelmazada pareciendo un campo arado con la esperanza de ser sembrado, aparecen y desaparecen dunas de diferentes alturas, en la lejanía las montañas de los Andes, la Domeyco y la de la Sal se turnan en aparecer en nuestro camino tratando de poner un toque de relieve a este paisaje desolado.
Este gigante desierto de Atacama, es el más seco del mundo, que con sus más de 1.600 km de longitud y sus 105.000 km cuadrados (dos veces la República Dominicana) da para dividirlo en tres etapas: de Arica a Iquique, de Iquique a Antofagasta y de Antofagasta a Copiapó, tiene arenas conformadas en sus más de 150 millones de años de existencia de polvo blanco, amarillo, mostaza, de arcilla, de barro, matizados con piedras que más bien pueden ser arena solidificada, es tan imponente y lleno de monotonía, que te transmite la sensación de la muerte, de la soledad, del abandono, del peligro, de la sed, y de una belleza llena de maldad donde el líquido fundamental para nuestra vida no existe.
El país es el principal productor a nivel mundial de cobre, nitratos naturales, litio y yodo, además tiene producción de molibdeno, oro y plata. Los primeros en explotar el cobre con instrumentos de madera y piedra fueron los atacameños quienes habitaban el interior del desierto de Atacama y le daban usos ceremoniales, para la fabricación de joyas, hachas, máscaras funerarias, etc. desde el año 500 A.C. hasta la llegada de los españoles, pasando luego por siglos de permisos, abusos, inconsciencia ambiental, donde el interés por el progreso económico superaba cualquier consideración, hasta el año 2010 en que se crea el Ministerio del Medio Ambiente.
Antofagasta linda ciudad con su malecón de lado a lado extenso y muy bien cuidado y con una limpieza increíble está a las orillas del desierto. El sitio más caro de Chile por la actividad de las minas con avisos que muestran la realidad que allí se vive: muchos señalando “Mineroducto”, otros de advertencia: “Señores transportistas está prohibido entrar materiales peligrosos en el siguiente horario…”
Empezamos a ver las señales de Chuquicamata la mina de cobre, oro y molibdeno a cielo abierto, que fue considerada la más grande del mundo en su tipo y la mayor productora de cobre, y de la que no nos podíamos perder su visita, y el nuevo yacimiento de La Escondida el cual es actualmente la mina de cobre a rajo abierto de mayor producción a nivel mundial. Pero, no son las únicas, hay alrededor de 20 más, en este enorme desierto donde se mezclan las dunas, la arena blanca, la tierra gredosa color café oscuro, las tierras compactas, un paisaje marciano, que produce temor por su soledad, su angostura, por su apariencia de muerte, como una premonición, donde los caminos abiertos para los camiones de las minas, parecen una serpiente venenosa metiéndose por entre las montañas, rompiéndole sus entrañas.
Aunque no somos aficionados a la astronomía tener la posibilidad de ver cielos limpios, transparentes y estrellados como te ofrece el desierto, no se puede perder. En el norte de Chile hay muchos observatorios desde turísticos hasta profesionales, el 40% de la infraestructura para la observación astronómica del mundo está en Atacama. Así que decidimos escoger un observatorio intermedio, el de Mamalluca que queda cerca al pequeño y encantador pueblo de Vicuña, cuna de Gabriela Mistral la gran poetisa chilena, premio Nobel de Literatura en 1945, donde tuvimos que pasar tres días pues las condiciones nubosas no nos permitieron ir en el primer intento. Cuando lo logramos, aprendimos sobre constelaciones y planetas, capturamos en nuestros ojos el cielo oscuro, sin contaminación lumínica y estuvimos de viaje por las estrellas tintineantes sin salir de la tierra, con el Principito a nuestro lado.
lindo mi Clari..!!