Parque Tayrona

Aunque hemos vivido en Colombia y visitado varios sitios  de este continente, siempre habíamos querido hacer el tramo completo de Sur America en autocaravana, así que este año decidimos no aplazarlo más y embarcamos a Petra hacia Cartagena desde un puerto alemán para empezar nuestro recorrido. 

Iniciamos por el parque Tayrona. Llegar al lugar sagrado de los pueblos indígenas Wiwas, Arhuacos, Kankuamos y Koguis quienes conviven con jaguares, ocelotes, tigrillos y pumas , caminar por las ruinas arqueológicas así como ver un paisaje majestuoso, en que el mar se abraza a las montañas y estas a las enormes rocas que impávidas han observado el paso de la historia, nos produce alegría plena reforzada por el letrero de la entrada al parque : Tayrona Sostenible.  

Entramos en esta isla de montaña con 85 por ciento de humedad y empezamos a aprender que el nombre Tayrona lo dieron los españoles tomándolo  de la tribu más avanzada de las 48 que habitaban la sierra, la Tayro, que su lengua es oral, que están generando sonidos para tratar de preservarla, que no tienen nada escrito, que gracias a una epidemia de gripe se acabó con el 60 por ciento de la población, que su organismo no tenía las defensas necesarias ante enfermedades no conocidas, que hacia 1.700 se reestructuraron y por primera vez formaron confederaciones uniéndose muchos grupos hasta llegar a tener una población que hoy se calcula en 95.000 habitantes, que  los que pueden escogen la carrera de Derecho precisamente para exigir cada vez más los derechos para sus pueblos, como su  petición de cerrar al público sus lugares más sagrados: el Pueblito Chairama, las playas Los Naranjos, Chengue y una zona de Bahía Concha.

Y seguimos aprendiendo : que la Palma de vino  se corta a  determinada altura para que la sabia suba hasta allí, se acumule, se fermente y produzca el vino de Palma, que los Ficus gigantes los cultivaban para sacar el látex, que el veneno de los ciempiés lo usan los monos Capuchinos como repelente, que hay un bejuco que se llama Escalera de Mono, que el árbol del Caracolí es de Colombia, que las miles de especies de hormigas que habitan la  sierra, ya estaban allí cargando sus hojas en fila perfectamente organizada, millones de años antes que los indígenas llegaran, que el caimán Aguja es endémico del Magdalena Medio, que por allá a mediados del siglo pasado empezaron a cazarlo, que como instinto de conservación se fueron bajando hasta Bocas de Ceniza, donde la corriente del caribe traía mucha basura, que así fue como se fue el caimán, que adaptó su cuerpo al mar y al agua dulce y le dio la estrofa a José María Peñaranda para uno de los porros más sonados de la música colombiana. 

Y mientras seguíamos aprendiendo nuestros ojos no dejaban de ver aquellas imponentes montañas, monstruosas rocas, las bahías, las lagunas, el mar, las playas, las palmeras,  la vegetación, el arrecife, la arenilla, todos, tocando al tiempo la hermosa melodía de esta naturaleza. 

Nos vamos con este mensaje escrito a la entrada del parque Nacional Tayrona sostenible : 

Este parque pertenece a los colombianos 

Algunos ya murieron 

Otros todavía vivimos 

Pero la mayoría aún no han nacido. 


4 comentarios:

  1. Hermoso lugar y maravillosos los ojos que nos conducen por estos parajes, gracias!!!

  2. Luisa Fda Salazar

    El paraíso existe y está en muchos lugares pero este es especial…..gracias por permitirnos verlo a través de sus ojos. Un abrazo Luisa Fda

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