Spa y Hammam

Normalmente en nuestros viajes hay un día que decidimos irnos al mejor hotel de la ciudad donde estamos y pasar una noche o unas horas como reyes y esta vez no ha sido la excepción.

Sabíamos que en Estambul íbamos a encontrar lo que queríamos.  Así que reservamos, dos días antes, el tratamiento completo de Spa y Hammam en el hotel Four Seasons a la orilla del Bósforo.

Este hotel es magnífico y su entrada al Spa con el recibimiento de dos mujeres tailandesas, quienes nos harán todos los tratamientos, de una vez provoca relajamiento.

Nuestro primer acercamiento con el hammam fue en Marruecos y ya la contaremos cuando escribamos sobre ese país. El tratamiento es una experiencia que recorre todos los sentidos ayudada por el vapor, las temperaturas, la limpieza, el agua, los jabones, los hidratantes, los aceites, el masaje, los sillones en áreas de descanso y el té.

Lo primero, ir al vestier de caballeros y mujeres y ponerse sobre panties y calzoncillos desechables una bata que entre tanta seda, lino y toalla pesaba como 5 kilos. De ahí, directo al baño de vapor (uno para cada uno) 10 minutos y luego pasar los dos a la sala de Hamann privada para matrimonios, y empezar el tratamiento con agua alternada caliente y fría a platonados y en grandes cantidades; inicia entonces la limpieza de la piel con  un guante mezcla de estropajo, esponjilla de cocina y lija 150, y refriegue todo el cuerpo (imagínense lo que le quitan a uno), seguido por burbujas  de jabón con masaje, crema  hidratante en todo el cuerpo con masaje, lavada de cabello con masaje en el cuero cabelludo, shampoo y rinse y continúa el agua corrida alternada entre platonados de agua caliente, tibia, fría y más fría !

Después de una hora de limpieza pasas a sala de relax con picaderas y té en unos sillones super cómodos. En ese punto ya uno está en el ensueño del relax.

Quince minutos después aparece la tailandesa para guiarte a la sala privada de masaje (como si no te hubieran masajeado suficiente) compartida para matrimonios. Esencias para escoger: excitante, relajante, finalmente con aroma de jazmín. Mi vecino de camilla de masaje (llámese Carlos) estaba profundamente dormido a los pocos minutos de iniciar y un rato más tarde el ronquido hacía reír a las tailandesas, hasta el momento en que se asustó a si mismo.

Terminamos nuestro día comiendo en la terraza del hotel con vista al Bósforo y disfrutando el paso de los yates de uno que otro millonario.

 

10 comentarios:

  1. Una tremenda experience  Y Claro esta hay que tener  may  buenos ingress para poderle dar la vuelta al Munda Los felicitous y que sigan  disfrtando 

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  2. Carlos y el ronquido! mortal! gracias por compartir estas experiencias!!! (yo.. hablando con ganas de estar ahi, desde una oficina de 4 paredes!!!!!) LLEVENMEEEEEEEEEEEEEE

  3. El llámese Carlos… hmmm …. no es el Carlos que yo conozco!! Para mi que se hizo el dormido para despistar al enemigo… je..je.. me alegro que lo disfrutaran … la próxima vez diganle a la masajista le hable de lugares de buceo!!!

  4. Que delicia, ya me dieron ganas de meterme en uno de esos spa je je. Esperando algun dia poder acompañarlos. Disfruten!!!! Un abrazo!!!

  5. Que delicia…. magnífica experiencia inolvidable…

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